miércoles, 29 de marzo de 2017

Orgullo y Perjuicio 5 Hermanas a la busca de Felicidad ?? En un Tiempo donde triunfa la apariencia

“Orgullo y prejuicio no tuvo la misma suerte. La fotografía es estupenda, los actores en general buenos, aunque algunos sobreactuados. El montaje, el vestuario, las locaciones, la música&hellip… como lo sabe hacer el buen cine inglés”.
Hasta aquí suscribimos lo dicho, salvo en la afirmación “Orgullo y prejuicio no tuvo la misma suerte”.  De aquí en más nos proponemos matizar. 
Pero el director intentó girar el asunto del plano de  lo psicológico (estrictamente deberíamos decir, de lo espiritual, fuertemente determinado por una sociedad exterior y formalista propia de la época) a una visión social y de tinte gramsciano. Creemos que no lo logra. 
Exagera la pobreza de los Bennet, y desdibuja la figura de Elizabeth, (la cabeza equilibrada de la familia), retratándola como una especie de feminista mitigada, cuando es, en realidad, una mujer de carácter, orgullosa y prejuiciosa, pero recta y noble. 
El personaje de Darcy se logra mucho mejor, si damos por sentado el atildamiento propio de un caballero de su rango y temperamento. 
La cuestión de la fortuna y el futuro domina las motivaciones de todos. Las mujeres, sobre todos las pobres y las feas, y si son ambas a la vez mucho peor, buscarán refugio en el matrimonio más conveniente que puedan. Los hombres también, aunque tienen la salida más honrosa del clero o la milicia. En ese marco social y con unas gruesas ironías de Austen a lo que pareció ser el lema de la época: apariencia o muerte, un realizador de mentalidad marxista tiene tela para cortar. Pero, vaya uno a saber porqué, Joe Wright no traicionó el espíritu de la novela. 
El centro dramático de toda la acción es un choque de temperamentos dominados por las pasiones del orgullo y el prejuicio. Ambos caracteres nobles, rectos, ávidos de justicia, compasivos con los más débiles, pero a la vez, víctimas de los defectos propios de sus virtudes, altivos, inflexibles, de juicios categóricos y apresurados, demasiado sensibles a la ingratitud, imprudentes... 
A lo largo del filme los personajes que encarnan estas virtudes y defectos, Lizzi Bennet y Mr. Darcy se van conociendo y su propia rectitud los obliga a reconocerse, y movidos por los agravios que se han prodigado pese al amor que sienten entre sí amor, que es más fuerte que el orgullo, la fortuna o el rango. Este entrecruzamiento de personalidades y circunstancias está magníficamente retratado. 
Otro inevitable aspecto de comparación entre ambos filmes es la mezcla de elementos cómicos en las escenas dramáticas. Aquí también debemos desdecirnos de lo afirmado antes. En otro estilo, hay un fino y delicado humor que se entremezcla con momentos de dramatismo con gran acierto. No al modo de Sensatez y Sentimientos, pero allí está.

No hay comentarios:

Publicar un comentario